MANSIÓN DE
LA ETERNIDAD
Hoy trabajemos
para Dios
Para nuestra
parte divina,
La que
espera dentro de nosotros
Para alcanzar
con voluntad diamantina.
Si nos
gusta tener lo mejor
Lo auténticamente
bueno,
No dejemos
de contemplar siempre
La luz
del Ser Supremo.
Realizamos la
bendita tarea
Sin apegarnos
a la ilusión,
Enfocados no
nos desviamos
Del gran
sendero de Evolución.
Allí una
paz indescriptible
La constante
felicidad,
Los sentidos
son los sirvientes
En la Mansión
de la Eternidad.
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