EL SOL DE
LA INMORTALIDAD
Como un
Cielo estrellado sin límite alguno
Allí estas,
siempre claro y profundo,
Trato de
conocerte y no te veo
Mas tu presencia abarca todo el mundo.
Si cierro
mi boca Tú voz me habla
Y cuando
hablo Tú te callas,
Veo la
puerta del Dar abierta
Y la atravieso
sin saltar ninguna valla.
Llega otra
primavera y se renueva el ciclo
Las flores
empiezan a crecer,
Yo aquí
sentado miro como un niño
Veo tus milagros, lloro de placer.
La gloria
matutina renace cada día
Es como un
pimpollo de la Eternidad,
Nuevamente a
Tus pies agradecido
Disfrutando
el Sol de la Inmortalidad.
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